Como era de esperarse, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, vetó (el viernes) el proyecto de ley que buscaba cortar el financiamiento a la multinacional abortista Planned Parenthood Federation of America, investigada por acusaciones de tráfico de órganos de bebés abortados en sus instalaciones.


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En respuesta, los líderes del Partido Republicano, detrás del proyecto de ley, anunciaron que buscarán superar el veto en una votación programada para el 22 de enero, día que se celebrará la Marcha por la Vida en la ciudad de Washington D.C.

Se recordará que el proyecto de ley fue aprobado el 6 de enero por la Cámara de Representantes (diputados), un mes después de que fuera avalado por el Senado norteamericano.

Ante ello, el viernes por la mañana, a través de un mensaje remitido a la Cámara de Representantes, Obama señaló que devuelve el proyecto de ley sin su aprobación, lamentando la acción de los diputados por cortar el financiamiento a la agrupación abortista Planned Parenthood”, bajo el argumento de que la multinacional provee “una gama de importante cuidado preventivo y servicios de salud”.

Y es que el presidente de Estados Unidos y su partido, el Partido Demócrata, han recibido importantes aportes de Planned Parenthood en los últimos años. De acuerdo al Center for Responsive Politics, en 2014 al menos 153 parlamentarios de esa fracción política recibieron más de 676 mil dólares de PPFA, mientras que el propio Obama, en su campaña de reelección en 2012, recibió al menos 1.7 millones de dólares de la multinacional abortista.

Habrá que recordar que a mediados del año pasado, el Center for Medical Progress (CMP, Centro para el Progreso Médico), reveló mediante diversos videos que Planned Parenthood negocia y vende los órganos y tejidos de los bebés abortados en sus instalaciones, por montos entre los 35 y 100 dólares por “espécimen”.

En uno de los reportajes de CMP, una ex trabajadora de una empresa que adquiere órganos y tejidos de Planned Parenthood reveló que en una ocasión, al interior de una clínica de la multinacional, le pidieron extraer el cerebro a un bebé cuyo corazón aún latía.

Por tal motivo, diversas comisiones del Congreso de Estados Unidos abrieron investigaciones contra Planned Parenthood. En septiembre del año pasado, el presidente del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental, Jason Chaffetz, presentó 10 hallazgos preliminares, entre los que destacan que la multinacional “es autosuficiente” y no necesita de los más de 500 millones de dólares que recibe cada año de impuestos estadounidenses.

Al menos seis estados de Estados Unidos retiraron fondos públicos a la multinacional. Entre ellos Texas, Arkansas, Alabama, New Hampshire, Utah y Louisiana.

A pesar de todo esto, Obama argumentó en su veto al proyecto de ley que corta el financiamiento a Planned Parenthood que este “limitaría el acceso al cuidado de la salud de hombres, mujeres y familias en toda la nación, e impactaría desproporcionadamente en personas de bajos ingresos”.

El Center for Medical Progress demandó al presidente de Estados Unidos que, así como lloró por las víctimas de los diversos tiroteos producidos en ese país en los últimos años, “muestre la misma indignación y compasión por los hijos que son asesinados y recolectados para sacarles partes del cuerpo en Planned Parenthood, y divididos y vendidos por todo el país como autos usados”.

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