Destacado

“No podemos permitir que la cultura de la muerte reine en Colombia”

Advirtió Monseñor Juan Vicente Córdoba Villota, obispo de Fontibón, al referirse a la reciente aprobación por parte del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) a Profamilia para la comercialización en Colombia de Mifepristona, “un tratamiento oral para la interrupción del embarazo que, en combinación con Misoprostol, produce una tasa de aborto completo de 95 por ciento”.

El prelado insistió en que “no podemos permitir que la cultura de la muerte reine en Colombia en aras de un progresismo que no tiene más que decrepitud porque progresar no es matar a nuestros niños ni darle a los jóvenes una no ética respecto a la vida (….) Como Conferencia Episcopal y como presidente de la Comisión de Vida, levantamos nuestra voz de protesta y de desacuerdo total, proclamamos y defendemos la vida. Hay que educar a los jóvenes, a las personas, antes de darles la forma para acabar con vida”.

“Desde la concepción hasta muerte natural, la vida de la unión del espermatozoide y el óvulo es vida humana y tiene derecho por la Constitución de Colombia, Art 11, a preservarla. No habrá ninguna manera en Colombia de acabar con la vida de los seres humanos”, enfatizó. “En esta carrera por la muerte, tenemos que denunciar y defender a los que no tienen voz, a los que están en gestación, que son seres humanos. Como colombianos pedimos que este químico que están ofreciendo hoy a los jóvenes se frene”.

Ante las circunstancias referidas por la Corte Constitucional, mediante la Sentencia C-355 de 2006, para la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), entre las que se encuentran: “que la continuación del embarazo constituya peligro para la vida o la salud de la mujer; cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida; o cuando el embarazo sea el resultado de una violación”, monseñor Córdova señaló: “Lo inviable con la vida sería que el niño naciera muerto, pero no tenemos por qué acabarlo. Hoy les da por decir que Síndrome de Down, retraso mental, que un problema cardiaco, que una dificultad neurológica ya es inviable con la vida y eso va en contra de la misma Constitución”.

El registro a la molécula Mifepristona fue anunciado el 3 de marzo, bajo argumentos de efectividad y reducción de los sangrados. “Es más conveniente ya que reduce el número de tomas en el tratamiento y es menos invasiva y más privada que el procedimiento quirúrgico”, aseguró el Invima.